miércoles, 6 de febrero de 2008

En la habitación de los Lobos




Por fin era Jueves. Ya estaban cerca del primer partido de quidditch que tenía lugar el sábado. Osos contra Linces, sería un partido interesante sin duda. Carla y Ángel estaban confiados, quizá demasiado.... pero no se descuidaban, sabían que los Osos serían duros de pelar. Por eso era esencial agotar hasta el último día de entrenamiento. Quedaron después de clase, como siempre, en el campo de quidditch.

Carla y Alejandra llegaron juntas desde la Zona Común. Habían ido a dejar las cosas de clase antes de ir a entrenar. Estaban muertas y empapadas.

-Ya no puedo más.... ¡que horror! No quiero ni pensar cómo estaremos el sábado -le dijo Alejandra a Carla mientras se acercaban a los vestuarios.
-¡Y encima esta lluvia! -gritó hacia arriba como si se lo dijera a alguien que estuviera en la torre más alta del Castillo -antes de empezar y ya estoy calada ¡joder!
-Que más da... nos mojaremos antes o después -repsondió Alejandra con resignación.
-También es verdad... pero cojeremos una pulmonía, o peor, fiebre de Strogeneix ¡¡malditos bichos asquerosos!!

Entraron a los vestuarios y se cambiaron deprisa. Ángel ya estaba en el campo calentando con el resto de jugadores. Ahora llovía aún más.
Las dos cogieron sus escobas y salieron al campo volando sobre ellas. Dieron dos vueltas tan rápido como pudieron y volvieron al lado del Capitán que las esperaba para dar instrucciones.

-Bueno chicos, ni que decir tiene que hoy entrenaremos duro. Debemos ganar a los Osos si queremos ganar la Copa. Y desde ya aviso que son formidablemente buenos. Hay que ser mejores aún. Mucho mejores. Dos equipos: un cazador, un golpeador y un guardian, el -acabó y bajó a toda velocidad para soltar la snitch y las bludgers.


Tomó la quaffle y sin más la lanzó al aire. Salió volando también.
Carla fue la primera en cogerla, aún en el aire. "Demasiado rápida" pensaba Miriam, que intentaba seguirla para quitársela como fuera. Pero no se dejaría tan fácilmente. Volaba hacia los aros custodiados por Iván, de cerca, Vanesa le intentó lanzar una bludger, pero la esquivó a tiempo, casi rozándole la cara. "Por poco..." Carla seguía sin tregua hasta los dominios de Iván, que se preparaba para atrapar la quaffle. "Lo siento pequeño, pero tengo que hacerlo..." pensaba " quizá por la derecha... ¡¡No mejor por...!!" su instinto la guiaba: media vuelta con su escoba hacia abajo, los aros quedaban demasiado altos. Iván la miraba desde arriba "no lo conseguirá, está loca si piensa que..." En un abrir y cerrar de ojos, Carla subió lo más rápido que pudo colocándose justo detrás de Iván que a penas pudo reaccionar antes de que metiera la quaffle.

Ángel no podía creer lo que había visto. Alejandra estaba con la boca abierta en los aros contrarios. Vanesa, Miriam y Mario no pudieron más que aplaudir seguidos de Alejandra, Iván y Ángel.
Era una jugada maestra... "¡La tenían! Si Carla conseguía volver a repetirla, tendrían posibilidades de ganar la Copa"

-¡Carla, leches! ¡Qué bien lo has hecho! -le gritó Ángel que estaba más orgulloso que nunca de ella -Asi se hace amor -le dijo Alejandra que se había acercado para felicitarla.
-Eso ¡ha sido genial! -insistió Vanesa.
-Bueno, está bien. Sigamos con los entrenamientos -les dijo el Capitán antes de guiñarle un ojo a su chica -diez a cero. Vamos ¡¡poneos las pilas!!

Ángel dio otra vuelta con la escoba y cogiendo la quaffle la tiró al aire. Casi cae al suelo, pero esta vez fue Miriam la que la cogió. La agarró con fuerza pegándosela al cuerpo y se agachó todo lo que pudo sobre la escoba para ganar velocidad. Carla la seguía de cerca.
Una bludger lanzada por Mario desestabilizó a la chica haciéndola perder el equilibrio en la escoba, pero ahí estaba Carla para coger la quaffle que caía de las manos de Miriam.
"A mi no se me caerá" voló lo más rápido que pudo, y llegando a los aros de Iván dirigió la escoba hacia el cielo, alto, muy alto para de repente bajar empicado. Iba hacia el Guardián que al verla tan cerca, se apartó instintivamente por lo que fue demasiado fácil meter la quaffle por el aro.
El Capitán no podía creer lo que veía. Era buena, muy buena.... tan pronto dirigía la escoba hacia el suelo, como hacia el cielo, y en las dos jugadas había conseguido desestabilizar al Guardián, confundirlo completamente.
Eran dos jugadas perfectas. Ángel estaba pensando en ponerlas en práctica en el partido contra los Osos si se veían demasiado descolgados. Pero sería secreto. Serían para un caso excepcional y de urgencia.
Antes de acabar el entrenamiento, avisó a los jugadores para decirles algo.

-Vale, vale.... por hoy está bien. Estoy muy contento con los entrenamientos de hoy. Sin duda han revelado grandes cosas. Jugadas que bajo ningún motivo pueden saber nuestros rivales ¿entendido?
-Sii.. -dijeron todos.
-Esta podría ser nuestra única baza si en algún momento nos viéramos desesperados... por eso nadie puede conocerla...

Todos entendieron al instante. Ángel intentaba manternerlo en secreto para utilizarla en cualquier momento y coger desprevenido al equipo oponente.

Al acabar, los chicos se fueron a los vestuarios a darse una reconfortante ducha para poder quitarse todo el barro que habían obtenido de los entrenamientos. El barro ya era un compañero más en los días de invierno... y si entrenaban, mucho más.
Alejandra y Carla se estaban vistiendo como siempre, las dos juntas, cuando llegó Ángel tras la ducha.

-Hola amor -le dijo Ángel a Carla. Le dió un beso.
-Hola cielo -le respondió, instintivamente. "Qué vergüenza".
-Bueno chicos, yo me adelanto... nos vemos en la Común -les dijo Alejandra con la intención de dejarlos solos, y con un hechizo antilluvia salió del vestuario dejándoles allí a los dos.
-¿Qué pasa? No han estado mal los entrenamientos ¿verdad? -le dijo ella sonriendo.
-Nada mal.... es más han estado espectaculares. Y tú eres la estrella. La que hace posible todo... la que crea las más hermosas jugadas de la nada.
-¡Ais Ángel, me pondrás colorada! No creo que haya sido para tanto....
-Claro que si. Nunca vi nada igual.
-¡Pero si eres Capitán!
-Por eso mismo.
- Pues no se... a mi solo me salió. No lo preparé ni nada por el estilo.
-Pues mejor. Eso significa que tienes más, mucho más guardado dentro. Y eso duplica las posibilidades de ganar la Copa -tenía un brillo especial en los ojos.
- De todas formas, aún tenemos que entrenar mañana...
-No. Le dije a los chicos que descansaran para el partido del sábado. Es mejor.
-Genial, así mañana tendremos el dia libre para...
-¿Nosotros? -terminó Ángel.

Carla se puso tan colorada que pensaba que iba a estallar. Pero en vez de eso, una risita tonta salió de sus labios.

-Si.... -respondió.
-Mejor, mucho mejor... -la abrazó mientras ella se abrochaba los zapatos.

Apoyada en su hombro, salió con él de los vestuarios. Pero ya no llovía, había salido el sol y les alumbraba saludándoles.

Mientras, en la Zona Común de los Lobos, Rodrigo hablaba con Joel. El chico hablaba con ellos sobre lo que sentía.

-Es que ¡joder! ¡Me siento solo! Los dos estáis más raros que unos dragones amarillos atlántidos... ya no sabía qué hacer y decidí hablar con vosotros. Paso de esperar más.
-No tenía ni idea de que.... -intentó hablar Nakor.
-¿De que me sentía mal? -acabó Joel -pues mira, si. No sé que leches os pasa, pero si seguís así, yo paso.
-Lo siento Joel. Es verdad, somos gilipollas los dos -miró a Nakor en señal de apoyo -desde que estoy con Julia no te hago ni caso... y eso no está bien.
-Claro que no -soltó Joel indignado.
-Y para remediarlo ¿qué tal si esta noche nos vamos al lago termal? -propuso Nakor animado. Había estado demasiado tiempo pensando en Catalina y necesitaba salir con sus amigos a hacer de las suyas.
-Me parece estupendo ¡yo me apunto! -dijo Rodrigo mirando a Joel, que era el que faltaba.
-Ermm.... está bien.... pero nada de novias, ni de chicas -miró antes a Rodrigo y después a Nakor -solo nosotros. A nadar un rato, a relajarnos... alejados de este Castillo revienta amistades -sonrió.
-Revienta ¿qué? -Nakor se reía más aún. Se levantó y le dió un empujón a Joel -No seas tonto baba, seremos amigos siempre.
-¡Eso tontaina! Ni las chicas, ni las novias, ni nadie arruinará nuestra amistad, que lo sepais... y sino, ¡que un mago tenebroso nos cuelgue de las uñas de los pies! -Rodrigo si que se partía.
-¿¿De las uñas?? ¡Arggg! -Joel cerró los ojos como si fuera verdad y le doliera tanto que no pudiera soportarlo -¡que cosas dices capullo!
-Ya sabes, soy el Encargado oficial de establecer las torturas mágicas -ya no aguantaba más, se revolcaba por la cama.
-¡Ahora verás! ¡¡Me debes una!! -le dijo Nakor que se abalanzó sobre él y empezó a darle manotazos a diestra y siniestra.
-Ya estamos.... -a pesar de eso, Joel hizo lo mismo.

Los tres jugueteando en la cama, aún parecían críos. Pero lo más importante, es que esas demostraciones de fuerza lo único que hacían era reforzar su amistad. Como cuando eran pequeños. Y de vez en cuando, hacerlo les alegraba y les hacía recordar viejos momentos, como cuando eran recién llegados en ese Castillo, tan imponente por aquel entonces como ahora. Pero ahora lo miraban de otra manera. Ya no les asustaba, ahora les agradaba estar allí entre sus paredes, con su gente, sus amigos... aquellos que se había convertido casi en hermanos. Todos considerados como una gran familia.... Así pensaba Rodrigo. Pero esa familia excluía a dos personas, que por algún motivo incluía juntas en el mismo conjunto: Julia y Carla. Una era su "novia", la otra.... "¿Qué era la otra? ¿Amiga? ¿Compañera? ¿Quizá las dos? ¿O tal vez ninguna?" Su cabeza era un lio. Y pensando, sin dejar de pensar, se metió en la cama para dormir. Pero es lo único que no pudo hacer.
Desde el día en que la vió con Ángel, Carla no había salido de su mente ni un solo instante. "Menuda tontería ¿Qué hacía pensando en ella?" Por fin había conseguido lo que quería "Estaba con Julia.... pero entonces ¿por qué pensaba en Carla?" Todo lo que pensaba era un absurdo. Y cuantas más vueltas le daba, la locura se hacía más grande. Era como una enorme bola de nieve: cuanto más rodaba, más grande se volvía. Así se sentía: cuanto más pensaba, más raro se le hacía todo, y más pensamientos absurdos se le venían a la boca.... "Carla..." No se iba de su mente. Estaba allí instalada y nada de lo que hiciera la sacaba. Vueltas y más vueltas en la cama y de nuevo Carla.
Se tapó la cabeza intentando apartar su recuerdo.... el recuerdo de sus manos entrelazadas con las de Ángel, sus labios unidos, sus lenguas..... Se tapó los ojos con las manos, como si eso fuera a disipar aquellos pensamientos. Pero lejos de eso los devolvían a él.
"¿Quizá....? No, no, no puede ser... Me niego a admitirlo...." No sabía ni qué pensar. Bueno, si lo sabía, pero no quería ni pensarlo. Esas palabras no saldrían de su boca, y estaba dispuesto a que tampoco salieran de su mente.
Metió la cabeza bajo la almohada y ahí se quedó hasta quedarse dormido, eso sí, no sin antes pensar que aquello que no quería pronunciar podría ser verdad.


2 comentarios:

Anónimo dijo...

Aysss con Rodri, a pensao tarde lo que esta pensando!
A ver que pasa al final..

Mi querer leer entrada en el lago *mirada mega perver* nanana
Me he reido mil con la peleita de los chicos en la cama como si fueran niños peleandose jajaja

Mi niñaaa sigue wiii eres la canela en rama siiii!!!!!! (?)

Besitoos

te adoroooo!

Malktf dijo...

Ay este rodri que nos lleva a todos por el camino de la amargura, cuanto tiempo tardara en dejar de engañarse.

Besitos