lunes, 15 de diciembre de 2008

Blanco despertar






La mañana despertaba blanca y navideña. La incesante nevada proseguía después de una pequeña pausa que sólo dejaba ver el foso lleno de agua helada que rodeaba la fortaleza de Salmanfortis, más allá de eso, la visión de los terrenos se confundía con la húmeda niebla que había hecho aparición en el descanso dado por la blanca nieve.
El frío podía olerse... la nieve se sentía en el rostro cuando te montabas en la escoba para volar a primera hora en las sesiones de entrenamiento. El quidditch podía resultar duro al llegar el invierno, pero nadie se quejaba de las órdenes de Ángel cuando decidía quedarse a pesar de la intensa nevada que comenzaba a caer de nuevo.

Después de dos horas, Mario empezaba a quejarse por los continuos estornudos que apenas le dejaban ver los aros de gol.


-Creo que he cogido una pulmonía -tosió - ¿No crees que deberíamos parar ya? -le soltó a Ángel cansado de tener que soportar el agua congelada que empapaba su ropa y le calaba los huesos.
-Está bien. ¡Por hoy hemos terminado! -gritó al aire y volvió volando a los vestuarios sin esperar a Carla.
-¿Qué diablos le pasa? -le preguntó Alejandra aún con la boca abierta con la sensación de haberse perdido algo.
-Vete tú a saber... -contestó Carla y siguió el camino de Ángel hacia los vestuarios seguida por Alejandra.


El castillo ebullía con la nueva estación a medida que se acercaba la fecha del Baile de Navidad. Era tradición en Salmanfortis que para la fiesta, las chicas pidieran a los chicos ser su acompañante mediante una nota enviada con su lechuza, así que no era extraño que ya algunas de ellas se agolparan en el Gran Salón alrededor de los chicos más populares de la escuela.
Adell, un Oso con reputación de Apolo entre las chicas que aún no habían "disfrutado" de él -y las peores opiniones de las que ya habían pasado por sus brazos- desayunaba bollitos de azúcar apartando a manotazos a una legión de lechuzas de todos los tamaños y colores mientras sonreía satisfecho a una jauría de adolescentes que miraban embelesadas entre suspiros desde sus mesas cúal de las lechuzas era la afortunada elegida -y con ella, la más afortunada de las chicas- imaginando cómo sería el gran día al lado del dios griego.
Rull, el capitán del equipo de quidditch de los Delfines había cogido la nota de una lechuza parda de ojos amarillos a la vez que una tal Valeria saltaba de alegría en la mesa de los Halcones. El chico sonrió satisfecho.
En la mesa de los Lobos cinco lechuzas se agolpaban alrededor de Rodrigo, Joel y Nakor con insoportables graznidos que se escuchaban hasta en la Gran Escalera de Piedra. Gabriela, Alejandra y Carla acababan de entrar en el Salón para comer algo tras el entrenamiento cuando vieron el alboroto: las lechuzas desplegaban sus alas y picaban a las demás por ser las primeras en llegar hasta ellos. Desde las mesas los alumnos de las diferentes casas observaban como Joel intentaba zafarse de ellas sin demasiado éxito a la vez que Nakor reía sin descanso.


-Tranquilo hombre, relájate y zampa algo antes de que sea la hora de volver a la Zona Común. ¡Por fin sábado! -le espetó mientras se reclinaba hacia atrás con las manos sobre la nuca simulando estar sentado en un sillón del mismísimo Clan de los Valientes.
-No sería más fácil escoger alguna antes de que se cabreen de verdad y nos piquen los ojos? -respondió Joel algo nervioso.
-Que tú no quieras ir al baile con una chica decente no significa que nosotros tengamos que conformarnos con la primera que nos lo pida ¿no? -le soltó Rodrigo impaciente mirando al techo del Salón esperando que alguna de las lechuzas que iban entrando se parara delante de él- Por cierto, ¿te lo ha pedido alguien? Quiero decir... ¿no irás con una chica, verdad?
-¿Con una... chica? -Joel imaginaba el camino de las palabras de Rodrigo. ¿No era más fácil preguntar simplemente "irás con un chico"?- pues...
-No puedo creer que te lo pienses. -susurró Nakor mirándole de soslayo- A ver Joel, si quieres ir con un chico, ¿qué problema hay? Bueno, si, hay uno... -dijo aún más bajo y mucho más serio.
-¿Problema? -genial, problemas con mis amigos... lo sabía.
-El problema de cuál de los dos debería pedirle al otro que fuera su pareja de baile a juzgar por las costumbres de la escuela. Es decir ¿quién debería tomar la iniciativa? En estos temas estoy pez -soltó con una risita de suficiencia mientras miraba por todas las mesas en busca de alguna víctima con quien emparentar a Joel para el baile.


Las lechuzas impacientes comenzaron a coger sobras del plato de Nakor y una de ellas le picó en la mano derecha para intentar coger un trozo de su tostada.


-¡Augh! ¡Marchaos de aquí bichos! ¡No elegiré a ninguna de vosotras! ¡¡Largo!! -les gritó dando manotazos para espantarlas y después de que alzaran el vuelo se llevó el dedo a la boca para cortar la sangre de la herida.
-¿Eres tonto o qué? ¿Por qué no eliges a una tú que puedes? -preguntó atónito un chico con gafas y aparatos en los dientes que se sentaba al lado de Rodrigo y que no se había perdido detalle de lo sucedido con las lechuzas... como el resto de los alumnos, claro.
-¿Te has preguntado que puede que sea porque no quiero ir con ninguna de las dueñas de esas lechuzas? -contestó chasqueando la lengua molesto por las preguntas de aquel chaval y mucho más ante el hecho de que la chica con la que deseaba ir no le hubiera mandado su lechuza, aún.
Cada día recordaba las palabras atropelladas que salían de la boca de una Ishbila en trance, y cada día sonreía en su interior cuando alguna parte de su plan salía a pedir de boca. Todo iba según lo previsto. Ya sólo faltaban un par de semanas para que todo eso diera su fruto, para que sus deseos se vieran culminados con algunos recuerdos lo suficientemente importantes como para hacer algo tan absurdo y peligroso que sólo una persona como ella podría llevar a cabo. Sabía que ella corría peligro en todo este asunto, pero si salía bien sería recompensada con creces y él también. En ocasiones lamentaba tener que hacerlo de esta manera, pero era inevitable hacer ese sacrificio... ¿qué importaba la vida de un único alumno si conseguía lo que más deseaba?

2 comentarios:

Anónimo dijo...

OHhhh mi niña bellaa!!!*ojitos* que palabras, que arte por favor...me ha encantado la entradita corazon!! estoy deseando saber con que chicos iran Carla, Ale y gabi!!!

No se te olvide mi piel de oso y mi noche de pasion!!! jajaja

te quierooo mucho muchisimo trilli!!!

Muchos besitos aturronados de chocolate (?)

PD: recibi tu carta justamente hoyy!!! uohhh!!!

Te adoroooooooo amor!!!!

Jose Conde dijo...

muy bien wapa!! excelente!! que lindo después de tanto tiempo leer un nuevo cap, ahora me gustaría que escribieras un poco mas seguido... si no es mucho pedir claro... Besitos, tu amiga que siempre te recuerda Jose!!