Veinticinco de Septiembre. Ya había pasado casi una semana desde que las Linces consiguieron los puestos dentro del equipo de quidditch. Los entrenamientos se fijaron los martes y jueves, añadiendo algunos sábados si el Capitán lo veía necesario. Ángel casi siempre cogía los sábados, no porque fuera necesario, pues creía haber formado el mejor equipo de quidditch de los últimos tiempos, sino porque pensaba que todo entrenamiento era poco. Era muy perfeccionista, y ensayaba las jugadas mil veces por si acaso. "Nunca se sabía lo que podía depararte un partido" decía siempre, así que entrenaban con lluvia, sol, tormenta, nubes.... y según él, todo eso era necesario.
-Ángel ¡por Hécate! Es sábado.... y ya hemos entrenado bastante.... anda, dejémoslo... -decía Carla que estaba llena de barro hasta las cejas.
-¡Eso! -apoyó Alejandra.
-Si... deberíamos parar, Ángel -dijeron Miriam y Vanesa que estaban empapadas a causa de la lluvia.
-El día está horible como para seguir -dijo Iván.
-Yo ya no puedo más... -terminó diciendo Mario que se sentó en su escoba dejando los pies apoyados en el suelo.
-Esta bien... creo que lo dejaremos por hoy -accedió Ángel al ver las caras de las chicas que parecían estar cansadísimas.
-¡¡Bien!! -gritaron todos a la vez.
Se dirigieron a los vestuarios, a darse una ducha y a ponerse algo de ropa seca y libre de fango.
Alejandra tuvo que irse antes, tenía deberes de Adivinación "Un asco", y el resto desaperecieron bajo parguas de colores o algún que otro hechizo anti-lluvia.
Hacía tiempo que Ángel quería tener así a Carla, a solas. Ella se estaba poniendo unos calcetines altos con un pantalón por las rodillas color miel. Encima, se puso unas botas blancas planas que iban a juego con su chaleco blanco y suave de pelo corto al que le había hecho un hechizo de brillo. Estaba preciosa. "¡Aún es demasiado pronto!" pensaba mientras miraba cómo se colocaba las botas y se peinaba recogiéndose la larga cabellera en un moño alto al estilo de las bailarinas de ballet. Cogió un abrigo corto negro y una bufanda amarilla. Se los puso mientras Ángel se daba la vuelta y la miraba a través del espejo en el que intentaba hacerse un hechizo para controlar su pelo.
-Bueno, Ángel, yo ya me voy.... nos vemos en la cena, ¡Adiós! -le dijo.
-Es..este... está bien carla -respondió.
El chico se quedó mirándola mientras salía del vestuario y con graciosa agilidad, sacó su varita e invocó un hechizo anti-lluvia "Haudimbris" y siguió caminando sin pararse hasta llegar a la puerta principal del Castillo.
No sabía lo que le pasaba... era extraño. Su estómago se volvía loco al verla llegar a los entrenamientos, al sentarse a su lado a la hora de comer, al pronunciar un hechizo delante de todos en las clases de Encantamientos... Siempre había pasado de las chicas, su pasión era el Quidditch y era lo único que le interesaba... hasta ahora. Carla era excepcional, especial, ideal para él. Simpática, inteligente, divertida.... todo en ella le gustaba.
Salió de sus pensamientos, "Debo decírselo" no quería esperar más. Aunque... no se veía con fuerzas. Cada vez que la tenía delante, se ponía tan nervioso que acababa hablando de cualquier otra cosa. Pero ya se había fijado el objetivo de que aquella semana que entraba se lo diría y no había vuelta atrás.
Alejandra acababa de terminar los deberes. Cerró le libro del que sacaba las respuestas, enrolló el pergamino, lo guardó junto con la pluma, se esperezó en la silla y se frotó los ojos.
-Estoy muerta.... entre deberes y entrenamientos... yo ya no puedo más -le decía a Gabriela que estaba en el sofá leyendo 'El Arte de leer el Futuro y cómo ser un buen Adivino'.
-Imagino que si... por eso yo paso del quidditch, es demasiado comprometido... además, no me gusta demasiado. Aunque me encanta ver los partidos... y ahora más, que estareis vosotras -respondió con una sonrisa ante la visión de verse con la bufanda del equipo y animando a sus amigas.
-Pues a mi me encanta el quidditch. Se que al final tendremos menos tiempo para todo, y que los entrenamientos son duros, pero por estar en el equipo hago lo que sea.
-Eso si, como no ganeis, os haré un hechizo reductor de cabezas -bromeaba Gabriela.
Las dos empezaron a reirse mientras la puerta de la Zona Común se abría para dar paso a una Carla demasiado cansada como para cerrarla, cosa que tuvo que hacer Gabriela.
-¿Qué te pasa Carla?
-Muerta, Gabi, estoy muerta... -le dijo mientras se sentaba en el sofá -además, ya casi es la hora de cenar.
Se le cambió la voz y la cara. Llevaba ya casi cuatro días sin ver a Rodrigo entre entrenamientos, clases y deberes. Pero estaba decidida a buscarlo, quería verle.
-Vamos, debemos bajar a cenar -dijo Alejandra sin mucha ilusión, a causa del cansancio.
Las tres salieron en dirección al Salón, casi sin hablar. Tenían más sueño que hambre, menos Carla, que no tenía ni una cosa ni otra.... solo quería ver a Rodrigo.
Al entrar, todo estaba en silencio. Los chicos comían en cada una de las cinco mesas, sin pronunciar palabra. La semana había sido agotadora. Deberes, entrenamientos, más deberes, más entrenamientos.... Gracias a Merlín, ya solo quedaban horas para comenzar una nueva.
Alejandra cogió de todo un poco: salchichas, pollo asado, jamón, carne en salsa, guisantes, arroz con tomate y para terminar, un poco de flan. Comía sin cesar mientras Gabriela se apartaba algo de mousse de chocolate y Carla ya no podía estirar más la cabeza hacia la mesa de los Lobos buscando a Rodrigo.
Él, Nakor y Joel no paraban de reir. Al parecer estaban planeando algo, mientras Rodrigo se negaba rotundamente a lo que pretendían llevar a cabo. En menos de un segundo, una mirada del Lobo se escapó hacia la mesa de los Linces, y se encontró con la de Carla. Deseaba desviarla, pero no podía. Veía tan cerca sus ojos azules que no deseaba mirar otra cosa. El tiempo se paró, no había nadie alrededor. Él tampoco podía, y no sabía si quería parar de mirarla.
-.... es que no puede ser, te llenas la boca! -dijo Alejandra mirando a Carla, que tenía toda la boca llena de mousse de chocolate.
-Aisss.... que horror. -dejó de mirar al Lobo y cogió una servilleta para limpiarse roja como una Saxtem de fuego.
-Jajajajajaaa -Gabriela no paraba de reir al ver la cara de Carla -tendrás que usar más de una servilleta, nena.
-Pásamelas Gabi -pidió.
-¡Toma anda!
Se limpió lo mejor que pudo, y volvió a mirar a Rodrigo, que le sonreía mientras se tocaba el pelo. "¡Dios, le estaba mirando! ¡Le seguía mirando mientras se limpiaba! ¡¡¡Qué vergüenza!!!"
Terminó de limparse bien y salió del Salón sin esperar a las chicas. Dió media vuelta en la puerta hacia la izquierda y siguió el pasillo recto hasta la estatua de Leonardo el Noble, al parecer un antiguo director de la Edad Media, y entró en un aula donde se daban clases de Numerología.
Se levantó también y la siguió: giró a la derecha, por el pasillo recto hasta el aula y entró.
-Hola.... Carla -dijo.
-H... hola.... ¿qué haces tu.... aquí?
-Te he visto salir deprisa, sin esperar a tus compañeras y pensé que te ocurría algo.
-Es... estoy bien, gracias Ángel -respondió la chica que aguantaba las lágrimas como podía.
-No, no lo estás Carla. Lo noto.
-¿Pero qué dices? No me pasa nada.
-Te conozco... no desde hace mucho, pero no importa. Lo suficiente como para saber si algo te preocupa o no. -le dijo el Capitán de los Linces.
-Vaya.... no sabía que me conocías tan bien.
No esperaría más, "¡Se lo diría ahora! Estaban solos... era ahora o nunca"
-Carla.... yo.... yo.... -comenzó a decir -tu.... este....
-A ver, ¿yo o tu? aclar...
-Shhh, calla o no podré decirtelo.
Ángel se acercó a ella lentamente, mirándola de arriba a abajo, admirando sus botas blancas, su pantalón, increíblemente ajustado a su figura, su pelo recogido que le daba un toque elegante y sensual. Llegó hasta sus ojos y la miró fijamente reflejándose en su color verde.
-¿Qué te pasa Ángel? ¿Estás bien? -preguntó asustada.
-Si, estoy mejor que nunca Carla....
Sin terminar de decir esa frase, se acercó y le acarició la mejilla, notando sobre la yema de sus dedos la suavidad de su piel.
-No estés triste....
-No... no lo estoy -dijo sonriéndole.
-Piensa que hay mucha gente que no quiere ver cómo lloran esos ojos.
No sabía qué responder a eso. "¿Quiénes? Sólo tenía unas cuantas amigas, y si alguien le importaba ese era Rodrigo" Pero Rodrigo a penas se fijaba en ella.... Solo aquella noche había notado que por un segundo había logrado captar la atención del chico. "¿Qué había cambiado?" No entendía nada. Y ahora él, Ángel, que estaba allí con ella, sin saber por qué ni para qué. "¿Acaso iba a decírselo?" Estaba hecha un lio.
En aquel momento, en que Carla se había quedado mirando al Lince, Alejandra y Gabriela entraron buscándola.
-Nena, estábamos preocu... perdón ¿interrumpimos algo? -preguntó Gabriela.
-No, claro que no Gabi... yo ya me iba hacia la Zona Común.
-Si, yo también me iba... adiós -y el chico salió del aula caminando con paso rápido.
-¿Qué le pasa a ese? -le preguntó extrañada Alejandra, que le seguía con la vista hasta que se perdió en el pasillo al girar hacia la izquierda.
-¿Yo que se? Está raro, tia -contestó.
Las chicas se fueron a sus dormitorios, era tarde y estaban cansadas tras aquel sábado agotador. Entraron, se pusieron los pijamas y se metieron en la cama, que cada noche que pasaba, estaba más fría. Un escalofrío recorrío la espalda de Carla mientras se acurrucaba y se tapaba más. En menos de cinco minutos, ya estaban dormidas.
El día anterior, habían vuelto a bajar a las Catacumbas, a invocar su sofá celeste, a estar desnudos, piel contra piel, labios, besos, lenguas, lametones, mordiscos, pasión, deseo, gemidos, sexo. Julia deseaba tener aquellos encuentros a cualquier hora. Buscaba cualquier hueco libre para estar con Tomás, el chico que había perdido su virginidad con ella. Antes era inexperto, ahora tras varios encuentros, era el primero que deseaba estar con ella.
Le necesitaba.... se necesitaban.
5 comentarios:
WOW no puedo decir mas, me has traido pegado a tu historia pero no me habia atrevido a postear, jeje pero la verdad es que me encanta la vida en salmanfortis.
Que pasara ahora con angel?? se lo dira? y como lo tomara carla? Esto se pone bueno a esperar la siguiente entrada jeje , saludos mi Princesa de Jade
Que entrometidas las linces!!! Ahora que angel se iba a declarar!!! que le pasara al pobre lobo, le estara gustando carla??
Que ganas de que llegue el proximo capitulo.
Me ha encantado!!!
wooow!!!
Angel se lo tendria que haber dicho leches!!!
Se lo va a decir al final? ummm!!
Emocion intriga....dolor de barriga!!!! joer xDD
Quiero foto de angel....lalala esque no mola imaginarse una cara con interrogacion...que lo sepas XD
Ya lo se que te estoy dando trabajo :P
Pero te quiero igual wapisiiima!
Supermegabesotes nenaaa Te quieroo!!
Guauuu nena, esta genial, cada vez que escribes nos dejas con la miel en los labios...
Ahora angel esta por Carla?? ufff alguno acabara hecho polvo por no ser correspondido...mecachis.
yo estoy con la trilli quiero fotico de angel *babas*
y ahora vamos a ponernos serias, jiji, umm cuando va a parecer mi romeo Andres????
Te quiero amore mioooo, muchos besotes megacosmicos.
Espero la siguiente entrada ansiosamente,XD
SYL
Hola preciosa,
Cuanto facilitaría la vida si todos nos enamorásemos de las personas a las q gustamos.
mmm... lo malo es q no llevamos un cartelito en la frente q diga " A mi me gusta X, lo siento x las demás". Aunque algunos más q un cartelito necesitarían un pergamino entero.
Ahora Carla también está atrapada entre dos pasiones, q lio.
Abrazotes cariñozos
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