jueves, 24 de enero de 2008

Desaparición y Encuentro...





Corrió, corrió, corrió.... a penas podía respirar ya. Ni siquiera veía el Castillo. Estaba tan adentrada en el bosque que la oscuridad era plena, pero no se paró a encender su varita para conseguir ver por donde pisaba. No le importaba nada. Lloraba.... como lloraba. Solo corría, quería escapar de la dura y cruel verdad. En su mente no había lugar para nada más que no fuera ese beso.

-¡Maldita Julia! ¡¡¡¡Maldito Rodrigo!!!! -gritaba impotente sin dejar de correr.

Sin rumbo, iba sin rumbo adentrándose cada vez más entre los oscuros árboles, a penas visibles a causa de la falta de luz. De repente tropezó sin más con una enorme piedra y calló bocabajo en el suelo. Sintió un gran dolor en las rodillas, se había roto los pantalones, y le sangraban bastante.
Se levantó como pudo, más lágrimas, más ganas de correr.... la impotencia no la dejaba parar. Sin a penas respirar volvió a correr, más rápido, con más ganas. Quería morirse, morirse de una maldita vez.

-¿¿Por qué?? ¿¿¿¿Por qué???? -gritó en la oscuridad del bosque.

No sabía dónde estaba, tampoco le importaba.... ojalá estuviera cerca de la manada de cíclopes centauros, ojalá la cogieran y practicaran con ella uno de esos rituales de la sangre virginal.... quería estar muerta. Si, era virgen "¿y qué?" aún no había encontrado aquel que mereciera estar con ella en su primer acto sexual, en su primer acto de amor. Todos los chicos a los que había conocido eran iguales.... y Rodrigo no era distinto a ellos. Lo había demostrado.

-¡¡¡Tampoco lo merece!!! ¡¡¡¡Le odio!!!!

Le faltaba el aliento, no reconocía nada. Había llegado más allá del límite permitido para los alumnos de la escuela, estaba claro... pero no le importaba.
Corrió y corrió.... de repente, uno de sus pies no alcanzó a dar con nada sólido bajo ellos: caía, caía. Debieron ser más de diez metros. Piedras, ramas, con todo chocó su cuerpo hasta llegar al fondo de aquel precipicio cubierto por una capa de lodo espeso.
Carla no daba en sí, estaba inconsciente, con la cara sobre el lodo con el cuerpo magullado a causa de los golpes.... sangraba por la boca, las rodillas, la frente, los codos y varios puntos de las piernas. La camisa estaba echa añicos, desgarrada por las ramas. Allí quedó, sin dar respuesta, sin pedir ayuda, sobre el suelo del precipicio.

Gabriela estaba histérica. Carla nunca había hecho eso, siempre las avisaba a donde iba. Seguro, le había pasado algo: tenía una corazonada. Mirando al fuego y con la mirada perdida, intentaba calmarse mientras agarraba la varita con una mano y se la llevaba al pecho. Alejandra intentaba, sin éxito, calmarla.

-¡¡¡No puede ser Ale, le ha pasado algo!!! ¡¡¡ Estoy segura!!!
-Vamos Gabi, no digas eso.... seguro está en algún sitio.... habrá ido a ver a Rodrigo, o a.... a... comer algo.... seguro tenía hambre y ha ido a la cocina. Si, eso es.
-No Ale. Le ha pasado algo ¡Lo noto!
-Vale Gabi, quédate aquí, iré a buscarla por todo el Castillo si hace falta -le dijo Alejandra que sabía ya de la eficacia de las premoniciones de Gabriela.

Iba ya casi a salir por la puerta, cuando Ángel apareció en el balcón del pasillo de los dormitorios que daban a la Sala de la Zona Común.

-¿Qué pasa chicas? Se escuchan los gritos desde el dormitorio... ¿hay algún problema?
-Menos mal Ángel... ¡Es Carla! ¡¡¡Aún no ha vuelto a dormir!!! Y tengo el presentimiento de que algo malo le ha pasado -comenzó a llorar.

Ángel bajó de inmediato al escuchar el nombre de Carla, corría como nunca por las escaleras.

-¿Qué has dicho Gabi? ¿¿¿Carla??? -estaba blanco como la cera de las velas que alumbraban la mesa de estudios.
-Si, Ángel... Carla.... -se ahogaba, no podía seguir, estaba muerta de miedo.
-¿Desde cuándo no la veis? ¿Dónde fue la última vez?
-Aquí ¡Aquí mismo! No quiso bajar a desayunar, no se encontraba bien... o eso nos dijo. Aunque personalmente, creo que le pasaba algo más. No quise insistir, claro.
-¿Esa fué la última vez?
-Si, la última.
-Iré a buscarla.... ¡por todo el Castillo si hace falta!
-Espera, Ángel..... -cerró los ojos frunciendo el ceño levemente -no, no está aquí... oscuridad.... mucha oscuridad.... ruidos extraños.... animales.... agua seca.... -abrió los ojos con la boca abierta, había sido su primera visión, pero no había tiempo de celebrarlo- ¡¡¡Está en el bosque!!! ¡¡¡¡En un lugar por donde antes corría agua!!!!
-Lo tengo ¡Lo tengo! ¡¡El antiguo paso del río que llenaba el lago!!
-Si hay problemas, lanzaré una llama roja... si la encuentro, una azul.

El chico salió corriendo como alma que llevaba el diablo hacia su dormitorio. Bajó con un abrigo y la escoba. Se montó, agitó la varita para abrir el gran ventanal de la sala y salió a toda velocidad hacia el bosque mientras las chicas se quedaron boquiabiertas ante tal velocidad, pero sobre todo ante su valentía y sus deseos de encontrar a Carla.
Mientras volaba, se pegaba al palo de su escoba lo más que podía para ganar velocidad. Sabía dónde estaba y la encontraría. Desde lo alto, solo veía árboles, una marabunta de copas del color del ónix, de vez en cuando algún claro, pero nada más. Gracias a Casandra, sabía perfectamente dónde estaba aquel lugar... solía ir a coger gnomos a los bordes del antiguo río en primero. Quinientos metros, cuatrocientos, trescientos, detrás del claro... allí estaba el precipicio. Bajó empicado hacia el fondo. Allí estaba...

-¡¡¡¡Carla!!!! ¡¡¡Carlaaa!!! -gritaba desesperado mientras descendía, pero ella no contestaba.

Dió un salto y bajó de la escoba. Se tiró al lado de ella, para ver cómo estaba: si estaba consciente o no. No lo estaba, así que cogió su varita y lanzó una llama color azul "Por fin la había encontrado, pero estaba en muy malas condiciones....".

-¿Carla, me oyes? ¿Puedes oirme?

No respondía. Estaba histérico, no sabía qué hacer.... Carla estaba allí inmóvil, aunque respiraba. Con dificultad, pero respiraba. No podía perder más tiempo.

-¡Mobilicorpus! -dijo agitando su varita mientras Carla se elevaba del suelo.

Como pudo, la unió a la escoba y retornó al Castillo. Tras varios minutos, apareció por la ventana de la Zona Común de los Linces trayendo consigo a una Carla demasiado pálida, bastante magullada y sangre por todo el cuerpo.
Al verle entrar, Gabriela y Alejandra soltaron un grito de desconcierto y desesperación. Corrieron hacia Ángel para comprobar cómo estaba su amiga. Algunas gotas de sangre cayeron al suelo. Estaba fatal.

-¡¡¡¡Debemos llevarla a la enfermería!!!! ¡¡La señora Bernia la curará!! -dijo Alejandra desesperada.
-Si idiota ¿¿Y cómo lo haremos?? No puede enterarse de que salió del Castillo por la noche, sola y sin permiso... ¡O la echarán! -le recordó Gabriela.
-A ver, por favor, es urgente, tenemos que actuar ¡Ya! -dijo Ángel que había cogido a Carla y la había tumbado en el sofá -sé algunos hechizos que nos pueden ayudar.... ¡Episkey!

Las heridas de Carla pararon de sangrar al instante, aunque aún no se la veía bien del todo.

-¡Ennervate! -continuó.

Pero esta vez, Carla no despertó.
Ángel comenzó a ponerse histérico. Estaba a punto de gritar.

-Tranquilos, está bien. Ya ha pasado todo.... está durmiendo. La pobre estaría demasiado cansada. Deberíamos dejarla descansar aquí, sin moverla.
-Bien, yo me quedo con ella -propuso Ángel, decidido a velarla toda la noche si era necesario.
-Podría quedarme yo también se quieres Ángel -dijo Alejandra.
-No te preocupes Ale, ve a descansar. Mañana teneis clase y sería demasiado sospechoso que faltárais las tres. Si es necesario, me quedaré con ella mientras vosotras vais a clase. Quiero estar con ella hasta que despierte.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

O_O

Malktf dijo...

No se que decir, el capitulo ha sido genial,cuanta angustia por parte de todos, menos mal que angel sabia donde esta y en serio cada dia me da mas miedo gabri.

Besos mi niña.

Anónimo dijo...

Uoooo!!!!

*zara alaba a su geme*

Que tension tia,que angustiaa! pobre carla si esque pa que tuvo que ir y encontrarse con el pastel, casi se nos mata la pobre!

Menos mal que SuperAngel la enceontro a tiempo!

Me voy nena a ver si curro un rato ¬¬

MuuuuuuAAAAAKKkkkkkk
Te quieroooo!!

Anónimo dijo...

Oh Luna!! te declaro terriblemente culpable de hacerme adicta a una historia de internet!! Te parece?? Pues... a mí sí jajajajajaja. No Te preocupes, tu historia es simplemente soberbia. Todo el drama, la emoción y la tensión (como dijo alejandra), la hacen una de las historias más emocionantes que he leído. Gracias por escribir algo tan genial!! y espero volver mañana para leer más!!