miércoles, 9 de enero de 2008
El día después
-Carla... ¡Carla, despierta!
-Uhmmm... ¿qué... pasa? -respondió aún dormida.
-Nena... tenemos que ir a clase... vamos, levántate -le dijo Alejandra que estaba intentando meter un brazo dentro del chaleco del uniforme.
-Naaa... déjame dormir, no tengo ganas -le contestó dándose la vuelta -no me encuentro bien...
-¿No te encuentras bien? ¿te acompaño a la enfermería?
-No te preocupes, Ale, de verdad... vete ya a clase, y di que estoy enferma. Dentro de un rato iré a la enfermería yo.
-¿Seguro? Si quieres me quedo contigo -dijo Alejandra.
-No, no te preocupes, estoy bien. Vamos, no hagas esperar a Gabi, ya sabes como se pone si llega tarde a clase.
-Esta bien... nos veremos en el Salón a la hora de la comida.
-Vale -respondió Carla viendo cómo Alejandra salía por la puerta del dormitorio.
Por fin sola. No había dormido nada en toda la santa noche, estaba reventada. Volvió a dar media vuelta en la cama y se arropó tapándose hasta la oreja. Se acurrucó un poco y volvió a quedarse dormida.
Alejandra y Gabriela se dirigían a la clase de Alquimia, pero mientras bajaban las escaleras, vieron un montón de gente que se amontonaba alrededor de un chico, que al parecer estaba haciendo una demostración del hechizo Patronus. Gabriela miró a todos.
-¡Ale están haciendo magia! ¡¡Parece que es un Patronus!! -dijo Gabriela que salió corriendo para unirse a los demás con la intención de ver el espectáculo.
-Gabi, tenemos que ir a clase....
-Si, si... pero espera, podemos verlo antes, nos dará tiempo, tranquila.
Alejandra aceptó. Era Gabriela la que siempre quería llegar la primera, asi que si se quedaba a verlo, ella también.
-... y ahora, lo mejor de todo... haré aparecer un Patronus. Ejemm... ¡atención! -pidió -¡¡Expecto Patronum!!
Al instante, un hermoso y grande caimán apareció de la nada, formándose con un humo plateado que salía de la varita del chico. Éste le hizo correr por el pasillo, mientras los alumnos se apartaban para dejarle paso.
-¡Genial!
-¡¡Es precioso!! -decían.
-¡Así se hace Andrés! -le felicitó una Delfín, que al parecer era de su curso, pues todos esperaban frente a la puerta de Defensa Contra las Artes Oscuras.
-¡Joder Gabi! ¿cómo sabías que era...? Da igual, no me respondas... me das miedo ¿sabes? -dijo Alejandra pálida.
Gabriela sonrió a su amiga, y posó su mirada sobre el Delfín que había demostrado que sabía cómo conjurar un Patronus. Todos le felicitaban, le daban golpes en la espalda, le animaban... Gabriela solo le miraba.
En un instante, sus miradas se cruzaron. Se sonrieron.
Gabriela no sabía qué hacer, así que desvió la mirada.
-Ale, vamos. LLegaremos tarde -terminó por decir.
-Pero... si tu dijiste... aiss, está bien. ¿Quién te entiende?
Las dos se dirigieron de nuevo hacia la escalera que daba al segundo piso, donde estaba el aula de Alquimia. Mientras los Delfines entraban en el de Defensa Contra las Artes Oscuras.
Entraron en su clase y se sentaron a esperar al profesor Manuel. Era extraño, pues siempre era el primero en llegar, aunque no importaba... al menos tenían unos minutos más para descansar después de tantas escaleras.
Tras cinco minutos llegó: sacó su varita y les dijo a los chicos que sacaran un pergamino. Les tocaría coger apuntes sobre cómo llegar a obtener del agua, oro.
Después Pociones. La profesora les corrigió los pergaminos sobre la Poción de la Vida, pero antes de volver a intentarla, prefirió continuar con otra algo más fácil: un Filtro de Amor. Fue desastroso: más deberes.
Le seguía dos horas de Adivinación.... Alejandra no tenía escapatoria. Fue el único objetivo de Gabriela aquel día. Y después de lo sucedido por la mañana con el tal Andrés, ya tenía bastante. Como no, un par de profecías más para la chica de parte de la "Gran Gabriela", como la llamaban Carla y Alejandra.
Ya eran las dos de la tarde. En el dormitorio, Carla se acababa de despertar. Había tenido un sueño, que al parecer no recordaba del todo bien... pero estaba segura de que había un chico... no sabía quién era. Pero su corazón le decía que era él. Estaban a solas en una cabaña en medio de las montañas salmantinas, completamente rodeados por nieve recién caida. El misterioso chico sin rostro le daba la mano para entrar a la cabaña. Dentro no hacía frio, una chimenea estaba encendida, esperando dar calor a cualquier viajero que se atreviera a entrar y a su lado, un enorme sofá de cuadros esperaba a que alguien lo suficientemente cansado se sentara sobre él. El chico le llevó al sofá, le sentó, cogió una manta y se sentó a su lado, acercándola para que se echara sobre su pecho. Mientras él le acariciaba el pelo.... Se sentía bien, a gusto, a salvo.
En ese momento se despertó.
Se levantó de la cama, fue al armario y cogió ropa limpia. Una vez en el baño abrió el agua caliente de la ducha y se metió dentro. El agua le mojó su largo pelo castaño, haciendo que se estirara hasta la curvatura de su espalda. Bajo la catarata de agua comenzó a llorar de nuevo. Se sentía impotente. No podía hacer nada para estar al lado de Rodrigo. Él a penas le hablaba.
Sentía cómo el agua bajaba por sus hombros, mojando sus cláviculas, sus pechos, su barriga, sus muslos, llegando a sus pies. Quería gritar, gritar a los cuatro vientos que le quería, que de una vez se enterara.... pero de qué serviría, no estaba allí para escucharla.
Cogió el albornoz y salío de la bañera dejando mojado el suelo. Se secó y se vistió para bajar a almorzar aunque no tenía ningunas ganas de encontrarse con nadie, y menos aún con él.
Rodrigo entró al Salón como alma que lleva el diablo y se sentó a la mesa. Estaba muerto de hambre, así que cogió un plato y se aparto de todo, todo. Albóndigas, patatas asadas, huevos rellenos, pollo... y comenzó a comer como si no lo hubiera hecho en días.
Joel, repitió la operación. Pero Nakor no tenía hambre. Estaba preocupado.
-¿Gué te paga Gakog? -le preguntó Rodrigo con la boca tan llena que no le cabía nada más.
-No se.... creo que tengo ganas de que llegue esta noche para poder salir de nuevo. Tenemos que averiguar quiénes son los dos del bosque. Tenemos que saber qué traman.
-Estoy de acuerdo -contestó Rodrigo que había tragado con cierta dificultad todo lo que un segundo antes estaba masticando.
-Si, no pogemog egpegag mag... -apoyó Joel, que seguía comiendo ante la mirada de preocupación de Nakor. Antes estaba su estómago, después lo demás.
-Habrá que intentar averiguar de quién es la voz de la chica -dijo Nakor mirando fijamente a Alejandra, que estaba en la mesa de los Linces comiendo un poco de pollo asado.
-Eso será dificil Nak, ya quedamos en ir esta noche al bosque... lo de buscar la voz es complicado. Hay... ¿cuántas? ¿unas quinientas chicas? -recordó Rodrigo.
-Es verdad... es imposible... ¡Mierda!
-Tranquilo, esta noche saldremos, yo iré con vosotros -sentenció Rodrigo.
En ese momento, Carla entró al Salón directa hacia la mesa de los Linces. Rodrigo la vió y la paró antes de que llegara.
-Carla, ¡Carla! oye Carla... este... quería preguntarte si ya te encuentras bien
-Ro.. Rodrigo... si, ya estoy mejor gracias -contestó intentando sonreir.
-Me alegro mucho, es que ayer estabas tan... rara... pensé que era algo grave.
-No, no te preocupes, estoy bien -terminó por sonreir.
-Estupendo entonces. Nos vemos, voy a seguir comiendo.
-Esta bien. Hasta después.
Carla soltó un suspiro de alivio al ver que Rodrigo había acabado su interrogación y volvía a su mesa. Se sentó al lado de Ángel y de Gabriela, Alejandra estaba de frente.
-Nena ¿estás mejor? -preguntó Alejandra.
-Si... mejor.
-Menos mal, estábamos preocupadas... ¿al final fuiste a la enfermería? -le preguntó Gabriela.
-No. Me quedé dormida, no me dio tiempo -les respondió Carla.
-Bueno.. si estás mejor, no hace falta que vayas -dijo Ángel -pero eso si, no me falles mañana, tenemos entrenamiento.
-Joder Ángel, no atosigues ¡está mala por Casandra! -reprendió Gabriela.
-Está bien, está bien... ya me callo -le dijo guiñándole un ojo a Carla.
-Mucho mejor -terminó Gabriela.
Carla comenzó a comer, mientras Ángel la miraba. Gabriela por su parte, estaba interesada en localizar al Delfín que había visto por la mañana. Aquel chico le pareció extremadamente interesante.
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4 comentarios:
Va por ti, Lobo... te dedico este capitulo
Los dos en una cabaña en la mitad de la montaña rodeados de nieve, que interesante seria.
Me ha encantado muxisimo el capitulo, sigue asi que cada dia tengo mas ganas de leer.
Muchos besos wapisima
ahh, vale, trilli y a mi no me dedicas este capi??? jooo ya te vale, cuando por fin veo aparicon de mi andres!!! umm aunque un poco creidillo haciendo magia para que todos esten alabandole, jaja (es bromita)
y yo la Gran Gabriela que no se me escapa ninguna, cual sera mi proxima profecia?? se cumplira algunas de las que he hecho?? Solo tu nos puedes dar la respuesta...
Te quiero mi niña!!!!! Eres la mejor, y quiero mas capis!!! jeje
Besotes cosmicos gigantes para ti amoreeee!!!
(Syl)
Hola amore!
Me van a echar del curro pero me tenia que leer el capitulo entero.
Yo en mis tiempos me hubiese saltado la clase fijo *silba*...si esque adoraba estudiar pero me perdia por el camino lalaal
Uuuh ese caiman de andres que a dejado flipando a la trilli!!!
NIeveee NIeveee!! gemeee queremos mucha nieve (?)
Uooo me voy te veo luego geme te quieroooooooo!!!!!
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