martes, 1 de enero de 2008
Celebraciones dulces
Le cogió la mano y tiró hacia ella, pero se pararon en seco al ver que aún había un chico que les miraba en el vestuario. Por fin se fue. Había estado espectacular aquella tarde, él nunca había visto nada igual. Mientras, ella le sonreía y se llevaba un dedo a la boca con sensual picardía intentando pensar algún lugar en el que satisfacer su incontrolable deseo... "¡Las catacumbas...!" pensó y rápidamente, sin pararse a pensar en las consecuencias si les pillaban, tiró de él hacia el castillo, en dirección a las escaleras que se encontraban tras la efigie de Demetrio, el anterior Director situada a la entrada, justo en frente de la gran puerta de roble que cerraba el paso a aquellos intrusos que no debían estar allí al no ser ni estudiantes ni profesores.
Pasaron un arco que les daba la bienvenida al lugar donde se encontraba la clase de Pociones, y siguieron bajando, hasta el lugar donde eran enterrados todos los directores de la escuela, con las varitas iluminadas en alto intentando ver el lugar por el que pisaban, oculto por la caprichosa oscuridad que se cernía en aquel escalofriante recorrido.
Corrían escaleras abajo, jadeando, sin saber si era debido al cansancio de bajar aquellas interminables escaleras o fruto de aquella imparable pasión que parecía haberse apoderado de ellos.
Al fin, los escalones acabaron para abrirse en una enorme sala, bastante iluminada para estar bajo tierra. La luz provenía de unas enormes lámparas de velas colgadas del techo, que estaba increíblemente alto. La estancia era sobria, sin decoración alguna solo se apreciaban sus paredes de piedra y un sillón de cuero y madera que parecía estar esperando que alguien se sentara sobre él.
En un instante, sus miradas se cruzaron. Ella le sonrió y él sin poder soportarlo más le acarició el pelo, que le caía a los lados de la cara algo revuelto a causa de la carrera. Era suave, del mismo color que los rayos del sol.... parecía una hermosa veela. Y allí estaba, delante suya esperando a que él diera el primer paso. Era la segunda vez que se veían, pero la atracción que ambos sentían resultaba incontrolable.
Él se acercó más a ella "¡Es preciosa, por Merlín!" retrasando el momento de besarla mientras recorría con su mirada cada poro de su piel, de su cara angelical. Los dos se miraban y sin poder soportarlo ni un segundo más, ella se acercó a sus labios y los lamió despacio, recreándose en su
sabor. El le besó con ansioso deseo, recorriendo con la lengua la cavidad de su boca en busca de la de ella. Le lamía, le besaba, le mordía los labios que parecían tan apetitosos como una manzana madura. Poco a poco, comenzó a notar una presión entre las piernas, frenada a duras penas por la tirantez de su pantalón gris. Gimió ante aquel placer recién descubierto. Ella sonreía divertida ante aquel espectáculo mientras se mordía el labio inferior y miraba su entrepierna. Pero eso no acabaría ahí.
Se acercó a él un poco más y comenzó a lamerle la oreja y a mordersela suavemente, siguiendo lo que parecía un camino bien trazado: la oreja, el cuello y.... Le besó el cuello mientras con sus delicadas manos comenzaba a desabrocharle la corbata para seguir con los botones de la camisa.
-Pero... -intentó decir.
-Shhh... calla... -le cortó.
Le besó de nuevo con intención de ahogar la pregunta del chico. Ahora no quería escuchar dudas, solo le deseaba a él. Quitó el resto de botones, uno a uno muy despacio. Cada botón desabrochado, una mirada se desviaba a su cara, y como no, a su creciente erección que amenazaba con estallar de un momento a otro.
Él se mordía con fuerza los labios mientras se dejaba hacer e intentaba con todas sus fuerzas que lo que estaba sintiendo no fuera a más.
Y ahora le besaba, de nuevo le besaba, pero en otro lugar... su pecho desnudo, joven, inexperto, bajando lentamente. Sentía que no soportaría más. Sus manos se deslizaron ahora hasta el único botón de su recién estrecho pantalón seguido de la cremallera, y los desabrochó dejando en libertad su pene erecto, aún resguardado dentro de sus slips. Al sentir la cercanía de sus manos, cerró los ojos con fuerza intenando controlar los latidos de su corazón, que estaba desbocado. Un extraño calor estaba apoderándose de él, mientras ella comenzó a desabrocharse el primer botón de la camisa, el segundo, el tercero, el cuarto... Sus pechos casi quedaban al aire, afirmados por un sujetador de encaje negro transparente. Lo sentía, comenzaba a humedecerse.... Cerró de nuevo los ojos, no se sentía con fuerzas para ver nada más. Su erección ya casi estallaba dentro de aquellos slips de snitchs "¡Dios, que horror! los más horrorsos..." que comenzaban a abrirse por el elástico superior como por "arte de magia". Pero no importaba, su delicada mano estaba juguetona, y decidió jugar con aquello. La introdujo dentro, haciéndose hueco a través del elástico incapaz de mantenerlo guardado. Poco a poco lo fue bajando para dejar al descubierto la completa desnudez de aquel chico que se moría por ella.
-Julia, creo que no deberíamos... -intentó decir el Capitán de los Halcones.
-Hoy mando yo, Tomás, solo yo...
Cogió su varita he hizo aparecer un mullido sofá color celeste. Le empujó hasta él y le sentó. Con asombrosa delicadeza, se desabrochó la falda y la dejó caer al suelo, deslizándose por sus firmes piernas. Desabrochó con sensualidad su sujetador, dejándolo en el suelo, y bajó sus braguitas a juego, que quedaron inertes bajo sus pies. No creía lo que veía... parecía tan hermosa en aquella situación como la diosa Venus saliendo del mar, ayudada por los Vientos y arropada por la protectora de la Naturaleza. Se acercó a donde estaba Tomás y se sentó, le miró con sus brillantes ojos azules y cogiéndole por la nuca, le acercó, tumbándose los dos en aquel sofá cálido y sorprendentemente cómodo. Él sobre ella.
Carla y Alejandra llegaron a la Zona Común dispuestas a disfrutar lo que les quedaba de domingo, debían celebrar que habían conseguido entrar en el equipo de los Linces. Había sido la mayor hazaña conseguida hasta la fecha por Carla. Lo deseaba tanto... desde primero.
Al entrar en el dormitorio a coger ropa para ducharse, las chicas vieron a Gabriela.
-¡Eh! ¿Cómo os ha ido? -preguntó sin interés.
-¡¡¡Lo hemos conseguido!!! -gritaron las dos.
-¡Carla es Cazadora y yo Guardiana! -le contestó Alejandra con una sonrisa que no le cabía en la cara.
-Claro, no podía ser de otra manera -contestó Gabriela sonriendo.
-¿Cómo? -preguntó Carla que no entendía nada.
-Chicas, ¡Lo vi! ¡Yo lo vi todo! Estaba en vuestras cartas, en las líneas de vuestras manos. Pero no quise deciroslo, porque podría haberos asustado, y podríais no haber llegado a cumplir vuestro destino.
Las chicas estaban alucinadas, con la boca abierta, blancas ante lo que les había dicho Gabriela. "¿Sería verdad lo que acababa de decir?" Ellas sabían de sus dotes para la adivinación, pero aún era alumna... "¿Cómo podía saberlo?".
-Me asustas Gabi -dijo Alejandra saliendo de su asumbro.
-Jajaja no digais eso... ¿acaso no es genial saber que te va a pasar?
-El problema es que tu lo sabes, pero nosotras no -dijo Carla que sin duda tenía unas ganas tremendas de saber qué pasaría con una persona en particular.
-Tranquila Carla... sé por qué lo dices. Tiempo al tiempo, nena... tiempo al tiempo... -respondió Gabriela aún más enigmática que antes.
Carla se puso tan colorada que no volvió a preguntar nada más. Se limitó a guardar silencio mientras Alejandra seguía insistiéndole para que le contara algo sobre ella y su futuro. "¿Será posible, que Gabriela sepa algo sobre mí? ¿Sobre.... Rod..?" Ni se atrevió a seguir pensándolo. "No era posible que lo supiera.... ¿o si?"
Agradeció enormemente que Alejandra cambiara de tema y decidiera ir al bosque a hacer un pic-nic para celebrar su recién nombramiento como Guardiana y Cazadora, así Gabriela dejaría de mirarla como si supiera sus más oscuros secretos.
Las 3 chicas se vistieron tras una ducha reparadora y salieron dirección al bosque con una cesta enorme, que levitaba detrás de ellas a la orden de la varita de Gabriela. Al llegar a un claro lleno de una olorosa hierba verde regada con hermosas margaritas blancas y amarillas, Gabriela paró en seco, y con ella la cesta que se deshizo para montar un enorme mantel de quaffles rojas, en honor a las recién fichadas jugadoras del equipo amarillo. En seguida se llenó de todo lo que traían en la cesta: buñuelos de nata y chocolate, zumo de arándanos que transportaban en grandes jarras cubiertas por un hechizo tapadera, galletas de snitchs con sabor a canela, bizcocho de chocolate....
Mientras comían, charlaban sobre qué harían en su primer partido, que ya sabían que sería contra los Osos. Al parecer, el año enterior éstos casi ganan la Copa de Quidditch, de no ser por Nakor que encontró la snitch justo a tiempo, pues los Osos les iban ganando. Pero al final lograron llevarse el partido y hacer doblete junto con la Copa de la Casa.
En la Zona Común de los Osos, Catalina no sabía qué hacer... si llevar a cabo la misión que le habían encomendado, o simplemente negarse. Aunque sabía que no serviría de nada resistirse, era una orden, debía hacerlo. De vez en cuando, deseaba ser otra persona. Pero ¿qué podía hacer? Ya no tenía remedio, todo había empezado. Estaban dentro, los estaban buscando y no podía hacer nada para evitarlo.... es más tenía que ayudarlos.
Se tumbó en el sofá cerca del fuego y llorando se quedó dormida.
Rodrigo, sentado en una mesa de la biblioteca, pensaba sobre lo que había oido. No podía creer que aquellas chicas hubieran logrado los puestos de Guardiana y Cazadora... aquellas Linces debían ser realmente buenas, porque no se hablaba de otra cosa por los pasillos del Castillo. También llegaron rumores de que fue Julia la elegida por los Halcones para el puesto de Guardiana.... No tenían el mismo puesto dentro de cada equipo... al parecer, comprobaría pronto que tan buena era Carla como Cazadora.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
4 comentarios:
-Hoy mando yo, Tomás, solo yo...
Esto tomas callate y disfruta no seas .....
Como se te ha ocurrido dejarlo asi y la continuacion?? mi querer saber q mas pasa!!!
Esta increiblemente genial la entrada!!!
Enhorabuena cielo cada dia te superas mas todavia.
Besazos
Joder niña!!!!!
Lo de Julia me dejó seca!!!!
Gabi me da miedo T_________T
Pobree Catalina...que es esa misión que le mandaron a hacer? Quien los busca?O_O
Y Rodri...entró en dudas quidditcheras xD
En fin...mi querer mucho maaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaas!!!!
Sabés que te adoro mil!!!!
Y tu padre es guapo!!! :P xD
Te quieroooo
Besossssssss
Luna!!!! San Potter!! cómo te atreves a dejarme con semejante duda!! te pones ya a escribir porfavor!!!
No te molesto ni en el mesenger jeje...
Mucha suerte y porfa no me hagas esperar tanto sí??
Besitos!! Jose
Hola preciosa
Q bueno empezar fuerte sin decirnos de quienes se trataba hasta el final. Ñam Ñam Julia chica guerrera.
Espero que Carla y Alejandra nos dejen buenas jugadas de quidditch, aunque no busquen la snitch.
Cuéntame algo más de los desvelos de Catalina.
Bezotes y abrazotes.
Publicar un comentario